Un día un niño de 14 años llamado Cristian había llegado a su casa, no se sentía nada bien, hacía sólo algunos días su padre había muerto de distintas enfermedades, todo esto empezó con un pequeño resfriado, siguió con una poderosa calentura hasta que un día sucedió lo inevitable, su padre murió. Cuando entró a su casa, su madre estaba inconsolable, toda su familia estaba reunida en su casa por la muerte de su padre.
Al entrar, saludo como si nada hubiera pasado, aunque sabía muerto a un ser querido, al que amaba y admiraba, después de saludar subió a su cuarto sin decir ninguna palabra, una de sus tías se acercó a su madre, que estaba llorando:
-Nina, creo que el comportamiento de Cris no es el mejor, parece como si todo esto no le importara, ¿no lo crees?
- Sí, ya lo sé, he tratado de hablar con él pero no me quiere escuchar, mas tarde intentaré hablarle.
Un poco más tarde, Nina la mamá de Cris subió al cuarto de su hijo a intentar hablar con él.
- ¿Puedo pasar?
- Pues... si es algo importante, sí.
-Tengo que hablar contigo acerca de la muerte de tu padre
- Sabes que no quiero hablar de eso.
-Sí, pero tenemos que hablar, no te estás comportando normalmente, o mejor dicho, no te estás portando bien con todo lo que está pasando ¿no lo crees?
-¡Pues si portarse normalmente es ponerse a llorar, encerrarme y no hablar con nadie para lamentar lo que está pasando, tienes razón, no me estoy portando lo mejor que puedo!
-¡Basta ya, no grites! Ni siquiera parece que te duela la muerte de tu padre, eres un insensible, acaso ¿no vez como todos los demás sufrimos?
-¡Todos critican! Pero nadie entiende por lo que estoy pasando! ¡Nadie lo siente igual que yo! ¡Era mi padre claro que me duele! Pero yo no creo que lo mejor sea llorar y lamentarse por lo que ya pasó, eso algo que no podemos cambiar, ya pasó, no quiero demostrar como todos ellos que estoy sufriendo, ¿quién dice que llorar es bueno? todos te preguntan, ¿por qué lloras? ó ¿qué tienes? todo lo que haces, lo cuestionan como si de verdad entendieran.
Cristian salió corriendo y muy enfadado de su casa, esa tarde estaba lloviendo y hacia mucho frió, él se dirigió al parque, se sentó en una banca, por primera vez desde la muerte de su padre logró soltar unas cuantas lágrimas pero recordó que para él, llorar no era bueno, se empezó a acordar de cuando su padre vivía, todos aquellos momentos tan felices que pasó con él y su madre, lamentó lo que había pasado, pero cuando volteó la mirada, logró ver un destello y lo siguió, vio que provenía de un árbol, se fue acercando pero de pronto el destello se movió con rapidez hacia otro árbol, lo fue siguiendo hasta que logró atraparlo, casi estaba seguro de que era un bicho, pero se sorprendió cuando al abrir la mano vio un pequeño cuerpecito como de humano pero con alas, sí, era un hada.
Al ver que lo que sostenía con sus manos era un hada no supo qué hacer, camino hacia el faro de la calle porque estaba seguro de que allí la podría ver mejor. Cuando llegó al faro vio que el hada parecía haberse desmallado, la miró y la tocó extrañado, la pequeña cosita reaccionó, y después de que la tocó se hizo un poco más grande, voló sobre su mano y Cris le dijo:
- Hola, ¿eres un hada? - preguntó
- Sí, hubiese querido que no me vieras pero bueno; me llamo Alseide ¿y tú?
- Yo me llamo Cristian; pero dime ¿por qué no había visto algo similar a ti antes?
- ¿No crees que sería mucha casualidad que me hubieras visto justo en este momento en el que no sabes qué hacer? Pues sí, obviamente, tú no me viste yo traté de que me vieras porque tengo algo muy importante que decirte, apuesto a que no sabes qué tipo de hada soy ¿verdad?
- No, no sé qué tipo de hada eres, pero ¿cómo es que sabes por lo que estoy pasando? – El chico se encontraba muy sorprendido
- Soy una Dríada, es el tipo de hadas que cuidamos y nacemos en un árbol, pero que aparte se nos da la oportunidad de poder dar mensajes y se nos encarga cuidar a un humano. Ahora, el mensaje que traigo es de tu padre, él me encargo que te cuidara de lo que pudieras hacer después de su muerte, ¿ya me vas entendiendo?
- Sí, sí te entiendo, pero que... pero como es que... mi padre... te dijo... pero es que el ya...
- Sí, él ya murió, pero cuando las personas mueren pueden vernos a nosotras las hadas y algunos otros seres; él me vio a mí y me encargo que te dijera: “Que aunque él haya muerto te seguirá recordando tal y como eres, a ti y a tu madre”, también me dijo que siempre está a tu lado, que le dijeras a tu madre que hoy en la noche vea hacia el cielo y que siga adelante, porque no están solos y que él y yo siempre los cuidaremos.
- ¿Mi madre te podrá ver? Es que no sé si me crea.
- Siempre que me necesites solo piensa en mi nombre y allí estaré.
De inmediato fue con su madre y le contó todo lo sucedido, como él lo había predicho su madre no le creyó, le dijo:
-Ya entendí, sé que echas de menos a tu padre, pero no te inventes nada.
- No es un invento solo mira y espera.
Cris pensó en el nombre del hada y puso la palma de su mano hacia arriba, de pronto allí estaba el hada, su madre se sorprendió y entonces Cris le dijo:
-¿Ya lo ves? Ahora haznos un favor y hoy en la noche observa el cielo.
Esa noche el cielo estaba despejado, había muchas estrellas y enseguida se formó un corazón que decía “Nina” y a su lado el nombre de su padre “David” y en el centro Cris. Nina abrazó a Cris y los dos prometieron salir adelante juntos.
No sé si tú creas en esto, tampoco sé si en realidad existan las hadas o los seres fantásticos, pero algunos convierten su esperanza en estos seres. Otros creen en la esperanza y algunos más no creen en nada, estos últimos siempre acaban sorprendidos por los milagros ó esos sucesos inexplicables, que al fin y al cabo no tienen nombre, pero que los ayudan a salir siempre adelante; SOLO HAY QUE CREER.
Guadalupe Hernández Rosas. (2º C)
EDITORIAL.
Hola.
Volvimos, al fin y con un nuevo número de la litera-dura.
Este mes vamos a abordar el tema de la importancia de la comunicación. Les mandamos un saludo desde este espacio a todos los profesores y por supuesto les deseamos un ciclo escolar de excelencia a todos los estudiantes que forman y conforman este foro.
Tú hablas una lengua, en este caso el español, sin embargo, muchas veces te cuesta trabajo decir lo que quieres, lo que piensas o lo que sientes.
¿Por qué?
a) ¿No encuentras como expresarlo?
b) ¿Te equivocas continuamente cuando lo intentas?
c) ¿Tartamudeas?
d) ¿Se te enredan las palabras?
e) ¿No te entienden los demás?
f) ¿Te asaltan los nervios?
g) Te asaltan tantas ideas que por principio ¿no sabes cómo proyectarlas?
Cuando lees, tampoco captas con facilidad el mensaje escrito.
¿Por qué?
a) ¿Te aterra leer en voz alta?
b) ¿Temes no pronunciar bien ni dar la entonación adecuada?
c) ¿Se te confunden los vocablos?
d) ¿Te encierras en la lectura silenciosa para poder comprenderla?
e) ¿Sientes inseguridad?
f) ¿Se te dificulta a la vista?
Y que tal cuando tienes que escribir…
a) ¿Qué hacer?
b) ¿Qué decir?
c) ¿Cómo resolverlo?
d) ¿Dónde?
e) ¿Cuándo?
f) ¿Quién lo va a leer?
Y es evidente que tú mismo intuyes ¿El por qué? Y ¿El para qué? De la escritura.
En este espacio vamos a procurar guiarte y a crear un breve espacio de estrecha comunicación por que no existe una forma más competente de aprender a expresarte, sino, a través de un foro de expresión. Entonces, entre tu voz interior y la voz ajena se va a desarrollar completamente esta revista cultural. Cada ser humano tiene una capacidad de significación latente, sea lingüística en particular o semiótica en general; esto es, una aptitud dormida o adormecida para comunicarse y realizar cosas con las palabras. Despertémosla. Usémosla en todas sus funciones y en el mayor número de sus productos. Sólo así seremos más competentes en la realización de los diversos actos de habla y objetos-lenguaje que requiere la sociedad donde nos desenvolvemos como seres humanos.
Le tengo rabia al silencio
Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiera ser feliz.
Atahualpa Yupanqui.
Atte. Andrés Galván.
Volvimos, al fin y con un nuevo número de la litera-dura.
Este mes vamos a abordar el tema de la importancia de la comunicación. Les mandamos un saludo desde este espacio a todos los profesores y por supuesto les deseamos un ciclo escolar de excelencia a todos los estudiantes que forman y conforman este foro.
Tú hablas una lengua, en este caso el español, sin embargo, muchas veces te cuesta trabajo decir lo que quieres, lo que piensas o lo que sientes.
¿Por qué?
a) ¿No encuentras como expresarlo?
b) ¿Te equivocas continuamente cuando lo intentas?
c) ¿Tartamudeas?
d) ¿Se te enredan las palabras?
e) ¿No te entienden los demás?
f) ¿Te asaltan los nervios?
g) Te asaltan tantas ideas que por principio ¿no sabes cómo proyectarlas?
Cuando lees, tampoco captas con facilidad el mensaje escrito.
¿Por qué?
a) ¿Te aterra leer en voz alta?
b) ¿Temes no pronunciar bien ni dar la entonación adecuada?
c) ¿Se te confunden los vocablos?
d) ¿Te encierras en la lectura silenciosa para poder comprenderla?
e) ¿Sientes inseguridad?
f) ¿Se te dificulta a la vista?
Y que tal cuando tienes que escribir…
a) ¿Qué hacer?
b) ¿Qué decir?
c) ¿Cómo resolverlo?
d) ¿Dónde?
e) ¿Cuándo?
f) ¿Quién lo va a leer?
Y es evidente que tú mismo intuyes ¿El por qué? Y ¿El para qué? De la escritura.
En este espacio vamos a procurar guiarte y a crear un breve espacio de estrecha comunicación por que no existe una forma más competente de aprender a expresarte, sino, a través de un foro de expresión. Entonces, entre tu voz interior y la voz ajena se va a desarrollar completamente esta revista cultural. Cada ser humano tiene una capacidad de significación latente, sea lingüística en particular o semiótica en general; esto es, una aptitud dormida o adormecida para comunicarse y realizar cosas con las palabras. Despertémosla. Usémosla en todas sus funciones y en el mayor número de sus productos. Sólo así seremos más competentes en la realización de los diversos actos de habla y objetos-lenguaje que requiere la sociedad donde nos desenvolvemos como seres humanos.
Le tengo rabia al silencio
Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiera ser feliz.
Atahualpa Yupanqui.
Atte. Andrés Galván.