Cuando pensamos en comics o en historietas, automaticamente parece ser que nos referimos a ilustraciones o de una forma más culta al arte secuencial. Evidéntemente nadie, al parecer, se acuerda del guión implícito en este tipo de arte. Se tienen al escribir y al dibujar como dos disciplinas separadas, como si los escritores y los dibujantes fueran dos castas distintas. Pero cuando queremos explicar el exito de un comic tendremos imperativamente que remitirnos a la convinación armoniosa de estas formas diferentes de expresión. Es aquí donde converge la genial serie de historietas, proveniente de la tierra Gala; "Asterix". Donde dos artistas, cada cual desde su competencia hacen un trabajo extraordinario; Un lenguaje individual y unificado necesariamente requiere de un vocabulario individual y unificado, Sin esto el comic seguiría siendo simplemente una secuencia de monitos. En algún momento el dibujante y el guionista de la historieta que nos compete llegaron a un pacto para lograr un objetivo común: conseguir hacer un comic de calidad. "Uderso" sabe que el dibujo es algo más que dibujar monigotes y vulgares caricaturas; "Goscinny" se compromete a crear algo que vaya más allá del ¡UF! ¡PAM! ¡BLAM! y toda esa bola de manidos gags.
El dibujante Uderso estudió las técnicas de los grandes maestros de la pintura occidental, mientras Goscinny encontró lo que necesitaba en los grandes maestros de la literatura y evidentemente en los grandes historiadores europeos, escribiendo y leyendo constantemente en busca de un estilo propio. Ambos desde su estudio lograron una simbiosis de arte abstracto genial. Donde su obra se convirtió en una historieta de enseñanza donde no se requerian conocimientos previos para captar el mensaje, pues el mensaje era inmediato, efectivo, significante y ante todo divertidisimo.
La necesidad de un lenguaje unificado nos impulsa hacia el centro, donde palabras y dibujos son como las dos caras de una moneda. Ahora bien, esa necesidad de hacer un comic refinado los proyectó nuevamente hacia afuera donde nos damos cuenta que los dibujos y las palabras son autónomos, cabe mencionar que la virtud de Gocinny y de Uderso es la reconciliación de ambas tendencias y su nueva mutua necesidad.
El mejor libro de historia, el más complejo y al mismo tiempo, el más humildemente sincero lo encontré aquí, en las locas aventuras de Asterix y Obelix, desde que lo leí por primera vez ya nunca pude olvidar quienes fueron los galos, quienes fueron los bretones, quienes fueron los godos, quienes fueron los hispanos, los romanos, los germanos, los normandos, en fin, mi amplio conocimiento en historia europea antigua, yo se que en su mayoría se la debo a esta singular serie de historietas entrañables.
¿Quiéres comprobarlo? Adelante.
Andrés Galvan.