Hoy es domingo, por lo tanto, fuimos a conseguir vestidos, zapatillas, etc. Para los xv años de mi hermana. Me compre un lindo vestido pero no adecuado para la ocasión, después de haber recorrido todo el lugar acabamos comprado, nada más, un vestido no apto para la ocasión. Fuimos a comer. Un restaurante con buena fachada y un buen menú, lleno de carne, fue donde nos metimos. Se tardaban tanto en servir la comida… un rico guisado con consomé y arroz, sonaba bien, por fin llego, todo se veía bien, ¡Oh no! trajeron el arroz y era verde no un verde comestible, si no un verde ¡limón fosforescente!, nada antojable y peor, sabía horrible. Ya eran las 6:30 y el arroz era verde y horrible. Esta obscureciendo debo terminar de comer pronto, aunque es imposible hacerlo, la comida es asquerosa y verde. ¡Guaak! Iré al baño a vomitar ojala a si pueda comer más. - ¿Dónde está el baño?- pregunté.
Una mano me indica donde esta el baño, apuntando hacia unas escaleras.
Un par de escaleras viejas, sucias, ¡verdes! y azules eran el camino al baño. Subiendo por esas interminables y terroríficas escaleras, al llegar: una puerta vieja, rota, gris y ¡cerrada! Por suerte no era el baño, al seguir caminando más puertas cerradas iguales a las otras. Un azulejo blanco, sucio y gastado adornaba las paredes y el suelo, mientras del techo colgaba una lámpara de dos focos, la cual, alumbraba todo el pasillo y las escaleras, raro. Al fondo una puerta igual a las otras, pero por fin abierta, tan oscuro por dentro, no se veía nada pero se percibía algo aterrador. A mi lado derecho, el baño de damas, solo y silencioso, silenciosamente macabro, sin nada más que unas sórdidas ganas de vomitar, entré a uno de sus horrorosos baños, metiendo mi dedo a mi boca sentí como la comida y mis jugos gástricos pasaban por mi traquea, disfrutando de sus ácidos sabores, sintiendo como destruyen mi esófago. Me sentí mejor. Por lo menos el baño tenía un buen espejo, me peine un poco y que bien, también había agua, Salí y temiendo de la puerta que había detrás de mí, caminé más rápido, ¡Que! ¡Ay no! se apagó la luz, no veo nada, es horrible, cualquier cosa puede salir, comencé a correr aunque no se veía nada absolutamente, creo haber chocado con una pared, se siente rara, no es una pared, se mueve ¡aaaaaaaaah! Se prende la luz nuevamente. No es nada más que una pared. Salí corriendo de allí, baje tan rápido como pude las escaleras horribles. Llegué y que fue lo que vi. Mi familia corría hacia mí. ¡Que sucede! Detrás de ellos podría jurar que son… ¡zombies! nunca creí que existieran, sentí como me jalaban para subirme… ¡nooo! Mi hermano no, prácticamente lo mordieron en la cara se lo han llevado, está infestado, no lo puedo creer, ese maldito arroz verde debe de ser la causa, seguí corriendo escuchando mi agitado corazón sintiendo como se salía junto con mis intestinos. Subimos, la luz no se ha vuelto a apagar, donde nos escondemos, son muy lentos, ya no son mortales, lentos y tontos y además son pocos. Pero no hay nada más, que odie más, o que le tema más, que a los zombies, y al arroz verde. Volteo hacia atrás ¡no! Por dios son rápidos, se llevaron a mi padre, ahora si estoy asustada, mi mayor ejemplo de calma y de seguridad se desvanecen ante mis ojos, es como un veneno lo que le penetra con su mordida, se retuerce y rápidamente se transforma- ¡aaaah! - me caí, caí en el suelo blanco y sucio, peor, ahora sucio de sangre, sangre de mi familia y de gente extraña que muy pronto, también tendrá la mía, sigan corriendo, a mi familia la quiero defender, estoy a punto de perderlos.
-Corran, corran.
Vi como se metieron por la puerta abierta, fue lo último, otra vez a obscuras.
Mientras, agonizo del dolor de las mordidas… todo se está acabando… ver desvanecer a toda mi familia… no quiero.
Nunca imagine morir así, tal vez no morí, pero no creo que vuelva a ser lo mismo...
-ah - que fue lo que salió de mi boca, sigo en el restaurante, el piso blanco sigue sucio, lleno de sangre ahora, rodeada de zombies arrastrándose, mi cuerpo se levantó solo, sigue moviéndose solo, pienso pero no puedo controlar mi movimiento, por lo menos mis ojos me obedecen, me metí al baño, al mismo baño del silencio macabro, peor, ahora era sólo un baño con sangre y los gritos de zombies; por dios, soy horrible, me lo dice el espejo, tengo un horrible color verdoso, mi piel, mi pelo, mis dientes se están pudriendo y sangro de la cabeza, es tal y como en las películas, soy una muerta en vida, es como tenerse miedo a uno mismo, quiero huir de mí pero no puedo, mi cuerpo no responde, no veo bien y soy aterradora, quiero defender lo que me queda, voy a verme entre ellos, tal vez, ya los hallan atrapado a todos, intentare ayudarlos, no, mi cuerpo no me obedece. ¿Qué? Vi correr a alguien en esa puerta negra, mi sed de sangre y carne… mi instinto… ahora me obligan a ir allá, estoy atravesando esta puerta que tanto miedo me daba. Ahora ya no tengo miedo de nada. Mas que de mí.
Gabriela Ramírez Sánchez. (2º D)
EDITORIAL.
Hola.
Volvimos, al fin y con un nuevo número de la litera-dura.
Este mes vamos a abordar el tema de la importancia de la comunicación. Les mandamos un saludo desde este espacio a todos los profesores y por supuesto les deseamos un ciclo escolar de excelencia a todos los estudiantes que forman y conforman este foro.
Tú hablas una lengua, en este caso el español, sin embargo, muchas veces te cuesta trabajo decir lo que quieres, lo que piensas o lo que sientes.
¿Por qué?
a) ¿No encuentras como expresarlo?
b) ¿Te equivocas continuamente cuando lo intentas?
c) ¿Tartamudeas?
d) ¿Se te enredan las palabras?
e) ¿No te entienden los demás?
f) ¿Te asaltan los nervios?
g) Te asaltan tantas ideas que por principio ¿no sabes cómo proyectarlas?
Cuando lees, tampoco captas con facilidad el mensaje escrito.
¿Por qué?
a) ¿Te aterra leer en voz alta?
b) ¿Temes no pronunciar bien ni dar la entonación adecuada?
c) ¿Se te confunden los vocablos?
d) ¿Te encierras en la lectura silenciosa para poder comprenderla?
e) ¿Sientes inseguridad?
f) ¿Se te dificulta a la vista?
Y que tal cuando tienes que escribir…
a) ¿Qué hacer?
b) ¿Qué decir?
c) ¿Cómo resolverlo?
d) ¿Dónde?
e) ¿Cuándo?
f) ¿Quién lo va a leer?
Y es evidente que tú mismo intuyes ¿El por qué? Y ¿El para qué? De la escritura.
En este espacio vamos a procurar guiarte y a crear un breve espacio de estrecha comunicación por que no existe una forma más competente de aprender a expresarte, sino, a través de un foro de expresión. Entonces, entre tu voz interior y la voz ajena se va a desarrollar completamente esta revista cultural. Cada ser humano tiene una capacidad de significación latente, sea lingüística en particular o semiótica en general; esto es, una aptitud dormida o adormecida para comunicarse y realizar cosas con las palabras. Despertémosla. Usémosla en todas sus funciones y en el mayor número de sus productos. Sólo así seremos más competentes en la realización de los diversos actos de habla y objetos-lenguaje que requiere la sociedad donde nos desenvolvemos como seres humanos.
Le tengo rabia al silencio
Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiera ser feliz.
Atahualpa Yupanqui.
Atte. Andrés Galván.
Volvimos, al fin y con un nuevo número de la litera-dura.
Este mes vamos a abordar el tema de la importancia de la comunicación. Les mandamos un saludo desde este espacio a todos los profesores y por supuesto les deseamos un ciclo escolar de excelencia a todos los estudiantes que forman y conforman este foro.
Tú hablas una lengua, en este caso el español, sin embargo, muchas veces te cuesta trabajo decir lo que quieres, lo que piensas o lo que sientes.
¿Por qué?
a) ¿No encuentras como expresarlo?
b) ¿Te equivocas continuamente cuando lo intentas?
c) ¿Tartamudeas?
d) ¿Se te enredan las palabras?
e) ¿No te entienden los demás?
f) ¿Te asaltan los nervios?
g) Te asaltan tantas ideas que por principio ¿no sabes cómo proyectarlas?
Cuando lees, tampoco captas con facilidad el mensaje escrito.
¿Por qué?
a) ¿Te aterra leer en voz alta?
b) ¿Temes no pronunciar bien ni dar la entonación adecuada?
c) ¿Se te confunden los vocablos?
d) ¿Te encierras en la lectura silenciosa para poder comprenderla?
e) ¿Sientes inseguridad?
f) ¿Se te dificulta a la vista?
Y que tal cuando tienes que escribir…
a) ¿Qué hacer?
b) ¿Qué decir?
c) ¿Cómo resolverlo?
d) ¿Dónde?
e) ¿Cuándo?
f) ¿Quién lo va a leer?
Y es evidente que tú mismo intuyes ¿El por qué? Y ¿El para qué? De la escritura.
En este espacio vamos a procurar guiarte y a crear un breve espacio de estrecha comunicación por que no existe una forma más competente de aprender a expresarte, sino, a través de un foro de expresión. Entonces, entre tu voz interior y la voz ajena se va a desarrollar completamente esta revista cultural. Cada ser humano tiene una capacidad de significación latente, sea lingüística en particular o semiótica en general; esto es, una aptitud dormida o adormecida para comunicarse y realizar cosas con las palabras. Despertémosla. Usémosla en todas sus funciones y en el mayor número de sus productos. Sólo así seremos más competentes en la realización de los diversos actos de habla y objetos-lenguaje que requiere la sociedad donde nos desenvolvemos como seres humanos.
Le tengo rabia al silencio
Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiera ser feliz.
Atahualpa Yupanqui.
Atte. Andrés Galván.