Revista Cultural.

EDITORIAL.

Hola.
Volvimos, al fin y con un nuevo número de la litera-dura.
Este mes vamos a abordar el tema de la importancia de la comunicación. Les mandamos un saludo desde este espacio a todos los profesores y por supuesto les deseamos un ciclo escolar de excelencia a todos los estudiantes que forman y conforman este foro.

Tú hablas una lengua, en este caso el español, sin embargo, muchas veces te cuesta trabajo decir lo que quieres, lo que piensas o lo que sientes.
¿Por qué?
a) ¿No encuentras como expresarlo?
b) ¿Te equivocas continuamente cuando lo intentas?
c) ¿Tartamudeas?
d) ¿Se te enredan las palabras?
e) ¿No te entienden los demás?
f) ¿Te asaltan los nervios?
g) Te asaltan tantas ideas que por principio ¿no sabes cómo proyectarlas?

Cuando lees, tampoco captas con facilidad el mensaje escrito.
¿Por qué?
a) ¿Te aterra leer en voz alta?
b) ¿Temes no pronunciar bien ni dar la entonación adecuada?
c) ¿Se te confunden los vocablos?
d) ¿Te encierras en la lectura silenciosa para poder comprenderla?
e) ¿Sientes inseguridad?
f) ¿Se te dificulta a la vista?

Y que tal cuando tienes que escribir…
a) ¿Qué hacer?
b) ¿Qué decir?
c) ¿Cómo resolverlo?
d) ¿Dónde?
e) ¿Cuándo?
f) ¿Quién lo va a leer?
Y es evidente que tú mismo intuyes ¿El por qué? Y ¿El para qué? De la escritura.

En este espacio vamos a procurar guiarte y a crear un breve espacio de estrecha comunicación por que no existe una forma más competente de aprender a expresarte, sino, a través de un foro de expresión. Entonces, entre tu voz interior y la voz ajena se va a desarrollar completamente esta revista cultural. Cada ser humano tiene una capacidad de significación latente, sea lingüística en particular o semiótica en general; esto es, una aptitud dormida o adormecida para comunicarse y realizar cosas con las palabras. Despertémosla. Usémosla en todas sus funciones y en el mayor número de sus productos. Sólo así seremos más competentes en la realización de los diversos actos de habla y objetos-lenguaje que requiere la sociedad donde nos desenvolvemos como seres humanos.

Le tengo rabia al silencio
Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiera ser feliz.
Atahualpa Yupanqui.




Atte. Andrés Galván.

domingo, 11 de octubre de 2009


Es glorioso. Luego de revisar, re-estudiar, escuchar duran­te días y días, gloriosos días, las distintas ediciones, desde los discos de acetato has­ta los distintos cidís sin dejar de lado los casetes de Los Beatles, el resultado de escuchar -más gloriosos días- todos esos dis­cos pero ahora en su novísima edición, remasterizada, puede resumirse en una sola frase: es glorioso.
Porque se escucha diferente, más nítido, con relieves, mati­ces, guiños, magia. Para ponerlo en términos científicos: se escu­cha pocamadre.
¿Para qué comprar otra vez todos los discos de Los Beatles si ya los conocemos, de cabo a rabo, todos, incluyendo las más raras de las rarezas, como aque­llas loqueras solistas de John Lennon que se salen de lo "co­mercial", lo conocido?
La respuesta está en el viento que sopla en estos días lluviosos cuando se confunden las gotas del poema que escribió John Lennon y tituló Across the universe, con las gotas de lluvia que chocan contra la ventana.
Es una respuesta amplia, abier­ta, rica en significados, tantos que se pueden escribir ensayos ente­ros, distintos a todo lo que se ha escrito hasta el momento.
Por lo pronto vale atender al menos algunos pun­tos importantes, que resultan de escuchar el opus íntegro bitlemaniano como si se tratara de la primera vez, porque precisa­mente ese es el logro máximo de esta remasterización magis­tral: los ingenieros de sonido se acercaron bastante a su cometi­do: lograr que el disco compac­to se escuche con la calidad -inigualable hasta el momento- del disco analógico, es decir, de acetato, que fue como escuchamos por primera vez, hace rato, a Los Beatles: en discos de acetato y con una calidad hoy (casi por completo) recuperada.
Lo que tenemos entonces ahora es una recuperación en distintos sentidos: recuperamos el sonido original, el cómo so­naban Los Beatles cuándo gra­baron esos discos, pero en reali­dad lo que se recupera es el sentido musical de ese fenóme­no de masas que cambió al pla­neta entero.
Lo más venturoso de todo esto es el retorno de la capaci­dad de asombro hacia el escu­cha, el placer de oír, el disfrute del mensaje sonoro.
Lo anterior parece una pero­grullada. Lo es en la realidad de lo que se ha convertido buena parte de la industria de la músi­ca. En "la era de lo audiovi­sual" pareciera que la capacidad de asombro, el placer de oír, el disfrute del mensaje sonoro no cuenta para nada frente al "po­der" de la imagen, la conversión de símbolos en objetos icónicos, la reducción al absurdo de la mercancía.
La redición remasterizada de todos los discos de Los Beatles desmiente lo anterior y recupera el asombro, el disfrute, el pla­cer. No resulta entonces pero­grullesco sino una gran verdad decir que quien escucha la mú­sica de Los Beatles tiene oído musical, buen gusto, capacidad de asombro y de placer y le vie­ne viniendo guango que para muchos "El Cuarteto de Liver­pool" sea el equivalente a una tienda departamental, un objeto de consumo, un mero referente "nostálgico" ¡Patrañas!
He ahí la gran música: el canto profundo del violonchelo, el corno francés, hiperwagneriano en Yo soy la Morsa; la or­questa de metales a profusión en el canal izquierdo del estéreo mientras en el derecho suena un cuarteto de cuerdas al más puro estilo vienes en el track 13 del álbum Revolver, que junto con Rubber Soul inauguró la era de las grabaciones multi-track.
Y he ahí la poesía: mientras el extraordinario melodista que es Mc Cartney titulaba Huevos Revueltos (Scrambled Eggs) a la naciente Yesterday, maese Lennon escribía lo siguiente en Across the Universe (en versión libre del Disquero): "Las palabras flotan / como gotas de 1luvia en una taza de papel / fluyen mientras trascienden / y avanzan a través del universo / Pozas de dolor olas de alegría / forman una corriente de energía a través de mi mente que se abre / y esa energía me acaricia y me posee".
He ahí lo contrario de la nostalgia. He ahí el gozo: la guitarra slide de Harrison en For you Blue, el corcel que cabalga y atraviesa nuestro cerebro, si po­nemos ambas bocinas como si fueran audífonos, de izquierda a derecha en Good Morning, otro cuarteto de cuerdas de ensueño en She's leaving home, la orques­ta sinfónica en A day in the life, he ahí el buen oído musical de quien escucha a Los Beatles como lo que son: músicos, gran­des músicos, enormes músicos.
Para la historia universal de la infamia queda el momento en que una pinche cucaracha dispa­ró sobre la cabeza del humanista Lennon, en uno más de los crímenes de Estado que nunca se resolverán. Quedan las ense­ñanzas budistas del maestro Harrison. Queda el melodismo sin par del Gran Mac y la nariz desmadrosa de uno de los mejores bateristas, por consenso, de la historia de la cultura rock: el ring ring Ringo Estrella.
He aquí un festejo con música plena de calidad y significado. Gran regalo, grandiosa música. He aquí en toda su potencia la fuerza de Los Bíceps, Los Beaceps, Los Bitles.Además de que, como dijera Ludwig van Beethoven, ¡se es­cucha pocamadre!
Pablo Espinosa (disquero@jornada.com.mx)

Cuento.

La sabiduría del escarabajo…

Caminar temprano por la avenida de reforma es siempre un regocijo y hasta cierto modo relajante, por no decir, que “karmatizante”, me recuerda mis tiempos de bachiller, cuando me iba de pinta, cuando lograba sonsacar a la Lupita o a la Toña para que se vinieran a ver una película conmigo al cine Diana, yo estudiaba en “Santa María la ratera”, o sea, soy la bandota; y siempre me gustaba jalar hacia el oriente; hacia el centro pues, visitar el cine Teresa, el metropolitan y luego ir a echarme unos tacos a la salida del metro Hidalgo. Pero las rucas azotadas del “Colegio Latinoamericano de México” eran de alcurnia y yo me veía obligado a negar la cruz de mi parroquia, tenía que esconder mi código postal para poder salir con ellas y que mejor que invitarlas a pasear a la zona rosa.
Así me fui poco a poco acostumbrando a lo bueno, a lo culto, a lo Kicht, a los yuppies que se escapan de la oficina para que igual que yo alguien les eche un hueso; comencé a pirarle yo solo por esos rumbos pero algo no encajaba, yo la neta soy naco pero sincero, me metía a las librerías ¡Y no! No me hallaba. Pinches aburridas que me metía, sólo de vez en vez, me entretenía observando algún bizcochito, porque eso sí, a las mujeres guapas como les gustan los libros. Los bares eran lo peor, siempre retacados de falsos intelectualoides que estaba muy perro aguantar, te salían con cada payasada, nomas para pararse el cuello, que de filosofía con Nietzsche, si bien te iba, porque estaban también los más pedestres; los que te intentaban seducir con teogonías estúpidas escritas por pelones de la talla de Osho o de Coelho y hasta de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, eran siempre tipos gordos y calvos que al final de haberlos tenido que aguantar todavía te salían con la jalada de que los acompañaras a su “Depa”.
En el redondel del metro Insurgentes se reunían los rockeros, con ellos me entendí mejor, aunque también tenían lo suyo, eran una tribu casi siempre exiliada y por lo tanto, rencorosa de la tribu “chopera”, personajes clavados en su viaje, olvidados del dios de la razón y el sano criterio. Se trataba de un grupúsculo social anacrónico y simpático, unos rucos ya bien ventilados, con las patas charras de su artritis y su cabeza enmalezada, una raza que no era fácil de capear, se azotaban horas platicando del bel-canto sesentero, aquí me hubiera parqueado sino hubiera tenido mis serias diferencias con ellos. TAMBIÉN. Todo hubiera sido miel sobre hojuelas, porque quien se puede aburrir de Pink Floyd, de las Satánicas Majestades, de The Who, de los pájaros, del grupo de Rock más grande que puede existir en el mundo “LED ZEPELLIN y ¡claro! del chaman navajo, rey lagarto, Dios cósmico creador del cielo y de la tierra de todo lo visible y lo invisible, quien fue sentenciado, muerto y sepultado y ha de resucitar algún día a la diestra de la torre Eiffel “Jim Morrison”.
Estos batos eran chidos, era gente que presumía de vida hasta que no caían en su imperativo fervor hacia lo común; cuando agotaban su inmensa imaginación siempre terminaban haciendo afirmaciones pedestres y por demás exageradas. Cuando les preguntabas quien era el mejor grupo de rock, todos parecían bestias amaestradas que terminaban diciendo lo que para ellos es obvio, pero que a mi parecer sólo era un lapsus de güeva mental o de mediatización general; Yo solamente les hacía la preguntar por chingar, porque al final siempre sabía su estúpida e idiotizante respuesta. “Pus los Bitles carnalito”. Los Beatles, No ma…
Si yo pudiera crear el soundtrack de mi vida estaría integrado por canciones de grupos como The clash, Los ramones, Sex pistols, Black Sabbat o de maestros como Bob Dylan, Alice Cooper o ya de perdis de Elvis Costello. Aunque tengo que reconocer que mis autoridades son otras, algo así como la Janis o el Hendrix. Pero los Beatles ¡ni hablar! mejor me pongo a escuchar cumbia. Ese grupo de música aterciopelada y aguamieleras intenciones pretenciosas, que sólo toleran los ignorantes melómanos o los intelectuales de pacotilla que les encanta estar criticando al sistema político y social, pero que a la hora de los madrazos siempre se hacen los que no ven ni escuchan, o que de repente ya son regentes de la ciudad o potentados de algún partido político de izquierda dizque haciéndole sana competencia a los gandayas que siempre se quedan con el poder y que conste que no dije Monsiváis ni hable de peje lagartos.
Por qué odio a los cuatro fenómenos de circo barato importados de Liverpool, la neta por buti cosas, por ejemplo, porque sin mi permiso me han ido sistemáticamente correteando toda mi vida y me han arruinado los momentos más potencialmente sublimes de mi paupérrima realidad, una vez aposte una botella con mi mejor amigo para ver quién era capaz de ligarse a una gringuita que conocíamos en común y no el muy marrano me la ganó recitándole al oído la ordinaría canción “All my loving”, mientras yo hacia mi lucha con el repertorio completo del carnicero chillón Javier Solís… Tenía yo aproximadamente cinco años, mi memoria no da para más, me recuerdo arriba de una mesa y con un gato ronronero rondándome, ambos incómodos y rasgando la tarde con la música de los Beatles, mi primera imagen de existencia se reduce a eso, afortunadamente el gato ya no existe, al menos, él ya no tiene que atormentarse con eso. Pero creo que mi rencor más crudo contra esos tipos es el saber que los Rolling siempre fueron sus peleles, que los Beach Boys quedaron traumados por el éxito ajeno de los ingleses y que mis sagrados Led Zepellin nunca pudieron ser el número uno en las listas de popularidad por culpa de esas ratas Shakesperianas. Los escuche en la secun, los escuché en la prepa y en la universidad fue lo peor porque como todos los chavos universitarios están cruzando en esa edad, por su periodo “Zen”, hablar de los Beatles se les hace lo más culto, usan chancletas, bufandas y hablan dizque serenos para verse interesantes, evidentemente en un mundo mediatizado e idiotizado como este, es muy fácil apostar por los Beatles sin temor a equivocarse, tal vez, por eso dudo de ellos. Me los encuentro hasta en la sopa y como no, si vendieron discos a destajo, tanto que el disco más vendido de los sesenta fue el álbum blanco con 19 millones de discos truequeados, creo que ni la biblia ha vendido tantos tomos, lástima que no los crucificaron a tiempo.
Y el pinche apodo que me pusieron, “el escarabajo”… FUTA… Ya no se a quien culpar, a Kafka o a la idiota con la que salía hace un buen… En el salón nos dejaron leer “La metamorfosis” y para mi mala suerte el huevón protagonista se llamaba igual que yo y todo dio al traste cuando a mi novia que por cierto le “encantaban” los Beatles comenzó a llamarme escarabajito frente a mis amigos; cuando supe que me llamaban el escarabajo, primero hice carritos de coraje e inmediatamente después corte a mi vieja haciéndole saber que tenía un pésimo gusto musical…
Así es, todos estos recuerdos me los provoca el caminar por Reforma, quien lo hubiera dicho creí que el mal karma, estaba lejos pero muy lejos de mí, el día era perfecto, le bajo la muina a las lluvias y el sol no se está portando tan castroso; pero de repente y frente a una vitrina llena de sueños capitalistas observo el regreso de mi pesadilla, “Rock Band Beatles” y “Beatles Remasterizados”. QUE POCA… no se conformaron con robarle su dinero a la generación de nuestros abuelos, sino que también asaltaron a la generación de nuestros padres y ahora impunemente intentan robarnos a nosotros obligando a nuestros hijos a alienarse con ellos, creo que los Beatles tienen once o doce discos en su haber, pues los muy enajenados han comprado toda la serie de discos, fácilmente como cinco o seis veces y siempre por un pretexto comercial distinto. Si éste es el comportamiento besalamano, perdón, beatlemano, la neta a mí que no me inviten porque es inmoral y anticomunista y del grupo que más puedo decir, “hierba mala nunca muere”.
Campos de fresa por siempre.
Déjame llevarte
porque voy a los campos de fresas
nada es real
y no hay nada porque preocuparse
en los campos de fresas eternas.
Es fácil vivir con los ojos cerrados
sin comprender nada de lo que ves,
resulta dificil ser alguien
pero todo (al final) sale bien
a mí, no me importa demasiado.
Dejame llevarte
porque voy a los campos de fresa
(donde) nada es real
y no hay nada de que preocuparse
en los campos de fresas eternas.
Creo que no hay nadie en mi árbol
ha de ser muy alto o demasiado bajo
para que no lo puedas sintonizar,
pero está bien,
es decir, creo que no está del todo mal.
Siempre. ¡No! a veces, creo que soy yo,
pero sé cuando es un sueño,
creo que sé cuando quiero decir "sí",
pero siempre me equivoco
es decir, no creo estar de acuerdo.
Déjame llevarte
porque voy a los campos de fresa
(donde) nada es real
y no hay nada porque preocuparse
en los campos de fresa por siempre...
en los campos de fresa por siempre.
Lennon & Mc Cartney.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Cumplió 40 años el Viaje mágico y misterioso de Los Beatles

“And In The End,

The Love You Take

Is Equal To Love You Make”

De la canción The End (1969)




The Beatles




Hay un lugar

Como es del dominio público, todo el mundo (o casi todo) sabe el origen del mencionado grupo, que se dio a finales de los turbulentos y emocionantes años 50. El lugar, el industrioso puerto comercial de Liverpool, en la parte noroeste de la isla británica. Lugar en donde cuatro vehementes jóvenes, gracias a su pasión y tesón lograron trascender, primero en el plano doméstico y posteriormente en plan internacional. Paradojas de la vida, el grupo tuvo que viajar a otro puerto, el de Hamburgo, en Alemania, para trabajar como “teloneros” en bares y centros nocturnos de la famosa calle Reeperbahn, (el “distrito rojo” o la pecaminosa milla, como también es conocido ese espacio), lugar en donde se ubicaba el popular Club Kaiserkeller, en donde se foguearon y tuvieron el afortunado encuentro con una personaje que influyo de manera decisiva en su aspecto. Adquiriendo lo que sería su primera imagen formal y con la que accedieron a la fama, cuando, abandonando la hostil “rebeldía con causa” de las chamarras de cuero, la mezclilla y el pelo engomado (que se remitía a sus influencias rocanroleras americanas), siguiendo el consejo de la fotógrafa Astrid Kirchherr (20 de mayo de 1938, Hamburgo, Alemania), se cortaron el cabello, dejándose la celebrada melena redonda con la que se convertirían en iconos de la juventud inglesa a su regreso a su país, cuando fueron expulsados de tierras teutonas, por laborar sin permiso (además de la minoría de edad de George Harrison) y cuando se volvieron unas auténticas celebridades, en un local en donde realizaron varias “tocadas” o minimalistas conciertos, de la ahora mitológica The Cavern Club, lugar en cuyo escenario fueron “descubiertos” por el inteligentísimo y hábil hombre de negocios Brian Epstein (19 de septiembre de 1934, Liverpool-27 de agosto de 1967, Londres, Inglaterra), convirtiéndose en un relativo corto tiempo en una de las grandes leyendas de la cultura popular mundial.




Las cosas que dijimos hoy




Fue de esta forma, que el industrioso Brian Epstein buscó por todos los medios encontrar un sello discográfico que se interesara por sus pupilos, a los cuales refinó la imagen, vistiéndolos con trajes sastre y puliendo sus maneras en el escenario, abandonando su irreverente comportamiento de sus primeros años de formación y ajuste, cuando se formó la alineación definitiva con la inclusión del baterista del grupo Rory Storm and The Hurricanes, el eficientísimo Ringo Starr, quien sustituyó al acartonado e inmutable Peter Best. Así que posteriormente del incidente en donde fueron rechazados por la Decca Records, después de haber grabado varias melodías en una histórica sesión, bajo el título de The Silver Beatles, su incansable mánager logra que Parlaphone Records (sello originalmente fundado en Alemania, en 1896 por Carl Lindström y que fue subsidiaria de la E.M.I. o Electric and Musical Industries Limited, a partir de la década de los años 30), se interese en los cuatro jóvenes músicos que ya le habían restado el adjetivo “plateado” a su nombre y de esta forma entran en contacto con un personaje que definirá sus aspiraciones estéticas y quien materializará con un alto grado de complejidad técnica y artística, sus propuestas sónicas y líricas. El auténtico “Quinto Beatle” fue el ingeniero de sonido George Martin (3 de enero de 1926, Londres, Inglaterra), talentoso y receptivo profesional que en compañía de los “cuatro fabulosos”, en labores de asistencia, fue enriqueciendo las propuestas de los noveles músicos y juntos trascendieron a la posteridad con un conjunto de obras llenas de un espíritu lúdico, poético, filosófico y en ocasiones, metafísico, que resultan incomparables con otras manifestaciones que surgieron al mismo tiempo por otros participantes de la escena musical británica.




Aquí, allá y en todo lugar

De tal manera que la irrupción en la escena musical de su país se inicia con la interpretación de covers o versiones de melodías grabadas al otro lado del océano, principalmente por conjuntos de color, y posteriormente con sus primeras letras y sus primeras estructuras musicales, que consistían en dos o tres acordes. El grupo va consolidando una fama y un prestigio como creadores que trasciende a su contexto inmediato. Es importante recordar que Liverpool fue un semillero de grupos e intérpretes solistas que por esos años hicieron sus intentos por acceder a la fama en un estilo que fue conocido como Mersey Sound, de manera que The Beatles se convirtieron en proveedores de letras para sus coterráneos y colegas. Así, grupos como: Gerry and The Pacemakers, The Fourmost, Billy J. Kramer With The Dakotas, Peter and Gordon, Chad and Jeremy y solistas como Tommy Quickly y Cilla Black, entre otros, interpretan con gran éxito canciones escritas por la mancuerna Lennon-McCartney, lo que incrementa sustancialmente su fama nacional e inicia la cimentación de una trayectoria internacional. Más tarde, la fama mundial los alcanza, gracias a su primer viaje a los Estados Unidos y su presentación en el popular programa de variedades de Ed Sullivan (1901-1974), actuación que fue presenciada por millones de teleespectadores, lo que provoca que se conviertan en un extraordinario éxito mediático y se inicie el fenómeno llamado beatlemanía.

Así fue como, después de su impresionante presentación internacional, sus composiciones son interpretadas por una constelación de intérpretes de varios géneros y ritmos, gente como Sinatra, Presley, Fitzgerald, Vaughan, Montgomery, Ray Conniff, Tom Jones, Joe Cocker y un largísimo etcétera, artistas que al interpretar las versiones de las canciones del grupo “liverpulita”, las reinventan y las transforman en “clásicos jóvenes” de un gran éxito, situación que contribuyo a colocarlos en un lugar de privilegio en la llamada “cultura popular” mundial y a convertirlos en leyenda cuando todavía se encontraban en plena actividad fecunda y creadora.

Con una pequeña ayuda de mis amigos

Fueron tales las exigencias de su desmedida popularidad y fama, que The Beatles tuvieron que diversificar sus actividades y por este motivo se involucran en un proyecto cinematográfico que, con el formato de un falso documental, muestra la espontaneidad juvenil del grupo, su lúdica convivencia, las desbocadas carreras que les propinaban sus fanáticas adolescentes en un intento de conseguir un trofeo de sus ídolos y por supuesto, la aparición de su música. La obra que se tituló La noche de un día difícil (A hard day’s night-1964), fue dirigida por el eficiente Richard Lester, que repitió en la siguiente obra que siguió gracias al gran éxito de la anterior, en la cinta que fue titulada ¡Auxilio! (Help!-1965) y que continuaba con el espíritu juguetón del grupo en una aventura exótica que involucraba a una extraña secta hindú y un misterioso anillo ceremonial. De tal suerte que estos primeros inicios en el séptimo arte colocaron al cuarteto en la cumbre de la popularidad y los fue preparando para lo que vendría. Como ya se mencionó, su industria lírica fue adoptada de manera temprana por varios solistas y grupos, lo que los convierte en los compositores más interpretados en la historia de la música popular (sólo para el archivo de la constancia, se puede mencionar que la canción Yesterday, tiene más de 4 mil versiones registradas, más las que se acumulen en el futuro), convirtiéndose en parte vital del imaginario colectivo de la población joven de todas las épocas, además de que en su dinámica artística, se volvieron más complejos en las búsquedas poéticas y musicales. En esta exploración, el grupo se embarcó en ambiciosos proyectos que los llevaron a crear obras fundamentales del rock y continuaron con sus afanes cinematográficos. El 26 de diciembre de 1967 presentaron la película para la televisión titulada como Viaje mágico y misterioso (Magical mistery tour), obra dirigida por ellos mismos, en donde se recrea un viaje turístico en un autobús panorámico y en donde el grupo imprimió su inigualable y característico sello estético, con la incorporación de bizarros personajes y varias secuencias inspiradas en pasajes oníricos de Lennon, además de varias sobresalientes canciones hechas para la ocasión. Ya para finales de esa década y en el inicio de la siguiente, cuando ya se habían generado varias crisis al interior del grupo y se iniciaba una separación creativa de sus emblemáticos líderes, el conjunto es filmado en plena efervescencia creativa, cuando el realizador Michael Lindsay-Hogg (1940), captura para la posteridad varios momentos en donde se aprecia el genio de estos personajes en el proceso creativo de sus canciones y en donde también se puede percibir una inevitable ruptura. El documental que fue llamado Déjalo Ser (Let It Be-1970), fue estrenado el 20 de mayo de 1970 y se convierte en el testamento artístico del conjunto, que anuncia su separación profesional el 10 de abril de ese año, en el anuncio que hace público Paul McCartney y con este acto, se inicia la formal leyenda del grupo más famoso de la historia de la música rock.

A través del universo

De manera que la beatlemanía ha sido “cargada y recargada” gracias al empeño de millones de admiradores (y obviamente porque también es un extraordinario negocio para la casa grabadora y para los sobrevivientes del cuarteto) y de manera cíclica, en donde infinidad de artistas de varias disciplinas se han abocado a recrear el acervo y el repertorio de estos artistas, en un ejercicio que, sin duda ha enriquecido la leyenda. En el cine, la presencia de los aludidos ídolos ha sido una constante a partir del momento de su disolución y aun antes. Como se recordará, la primera vez que las composiciones del grupo inspiraron una obra cinematográfica fue en el año de 1968, cuando George Dunning y un talentoso grupo de artistas adaptan la anécdota de la canción El submarino amarillo (Yellow submarine) y crean una obra que es un auténtico homenaje a la imaginación y está considerada como una de las cumbres del Pop Art, además de que el conjunto realizó nuevas canciones para la ocasión. Años más tarde, el grupo filial llamado Bee Gees que también tuvo sus orígenes en los años 60, en complicidad con otras estrellas del momento, se involucran en el homenaje a la obra seminal La Banda del Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta (Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band) y concretan una cinta que sólo se salva por la música, ya que la trama resulta ser verdadera simpleza. En este ejercicio participaron con la música, además de los ya mencionados hermanos Gibb, personalidades como: Aerosmith; Earth, Wind and Fire, Peter Frampton, Alice Cooper, Billy Preston, Sandy Farina, George Burns, entre otros, la obra data de 1978 y fue dirigida por Michael Schultz. Por otro lado se recuerdan las cintas que han evocado la presencia artística o biográfica del grupo como: Quiero estrechar tu mano (I want to hold your hand-1984, Robert Zemeckis), que recrea el inicio de la beatlemanía en la ciudad de Nueva York y la experiencia de un grupo de amigos que desean estar cerca de sus ídolos. Backbeat (1994, Iain Softly), obra que explora la relación entre John Lennon (Ian Hart) y Stuart Sutcliffe (Stephen Dorff) y la tensión romántica de ambos personajes, experimentada por la presencia de la fotógrafa Astrid Kirchherr (Sheryl Lee), en su estancia en Alemania. Soy Sam (I Am Sam-2001, Jessie Nelson), efectivo drama que narra los avatares de un hombre de capacidades mentales diferentes, interpretado con garra por el actor Sean Penn, en la lucha por la custodia legal de su hija y mientras esto ocurre, la trama es musicalizada por los clásicos de The Beatles en las versiones de artistas contemporáneos. Finalmente, y regresando al punto de partida de este homenaje, la citada cinta fue estrenada en la ciudad de México, en una cadena de cines que no abarcan todas las ciudades de provincia. La mencionada cinta A través del universo, recrea una juvenil historia de amor, en el marco de la vorágine de los acontecimientos, políticos, sociales, históricos y artísticos de los años 60. Epoca en donde los adolescentes Jude (Jim Sturgess), originario de Liverpool y Lucy (Evan Rachel Wood), muchacha norteamericana, se enamoran y su relación se va desenvolviendo, con su participación en la dinámica efervescencia de esos días y con el telón de fondo las canciones del grupo, que van marcando la pauta argumental. En dicha trama aparecen personajes como: el Dr. Roberts (Bono), de la canción del mismo nombre y que evoca a un traficante o pusher, Sadie (Dana Fuch), de la pieza Sexie Sadie; el relajado Jo Jo (Martin Luther), de la célebre Get back; Mr. Kite (Eddie Lizzard), de la circense tonada Being for the benefit of Mr. Kite, etcétera, gozosos caracteres que son recreados en el marco de una impresionante escenografía y extraordinarios efectos visuales, una historia que todo mundo comparte gracias a la permanencia de la música de los estimados compositores ingleses y que muy pronto (o eso se espera), estará disponible en alguna pantalla cercana a nuestros ojos y corazón (o en su defecto, en la disponibilidad del formato DVD).

martes, 6 de octubre de 2009


HISTORIA.

Su comienzo...
John Lennon formó en marzo de 1957 el grupo de música Skiffle The Quarry Men. El 6 de julio de 1957 conoció a Paul Mc Cartney, invitándole a unirse al grupo unos dias más tarde George Harrison fue invitado el 6 a unirse al grupo a ellos como guitarra solista despues de un ensayo en marzo de 1958. En este periodo Lennon y Mc Cartney tocaban la guitarra rítmica. Los Quarry Men sufrían continuos cambios de bateria, Stuart Sutcliffe se unió al grupo como bajista en enero de 1960. Los Quarry Men (pensaron) a tener una sucesión de nombres llegó a sugerir el nombre the Beatles.
INTEGRANTES.
-John Lennon (guitarra rítmica, vocalista).
-Paul Mc Cartney (bajo, vocalista).
-George Harrison (guitarra, solista, vocalista).
-Ringo Starr (batería).

¿Por qué se hacen famosos?
De vuelta a Liverpool comienza a tocar en The cavern en unas de estas actuaciones son vistos por Brian Epstein quien les consigue una sesión con George Martin un productor dedicado a buscar nuevos talentos. Martin decidió que no le gustaba como tocaba Pete Best y el grupo decidio meter a Ringo Star en septiembre de 1962 se graba Love me do y llega al top 20 lo que les abre el camino para iniciar una gira nacional.
¿Por qué se separaron?
Paul Mc Cartney tienen una discusión irremediable en la grabación de Let it be y al terminar le dan a conocer al público la separación de los Beatles y despues sucede la trágica muerte de John Lennon y años despues muere George Harrison.


DATOS CURIOSOS.
-Una de las tomas favoritas de John era "In my life", en donde puede expresar su sentir de los Beatles.
-Era frecuente encontrar en la libreta de evaluaciones de John en la escuela, la frase:... éste niño va camino del fracaso...
CONTINUACIÓN
-Cuando los Bee Gees escucharon por primera vez el disco "Seargent Peppers..." se quedaron estupefactos.
-Según Ringo, una de las razones de porqué los Beatles dejaron de actuar en público, explicó que era por los desafinados que gritaban.
-John reconoció una vez que existía una competencia entre las composiciones de él y Paul que hacian...
-El estilo de corte "Beatle" fue creado por una amiga del grupo llamada Astrid Kirscher, una fotógrafa alemana.
-La canción "Yesterday" es la más grabada por diferentes artistas en la historia, con record de 1300.
-Una vez en una entrevista en los años 80 en la que consultaron a Paul si era posible una reunión de los 3 beatles sobrevivientes con algún sustituto de John este contestó:.. Los Beatles existen con Lennon sin Lennon no existen.
-Una vez disuelto el grupo, John comentó en una entrevista:... Es agradable poder andar por la calle sin ese tremendo (...) llamado beatles tras de uno.

Los 45 años festejando a la Beatlemania.
La beatlemania era un término utilizado durante la década de 1960 para describir la euforia de las aficionadas (...) demostrada particulármente por los jovenes adolescentes dirigidos a los Beatles durante los primeros años de su éxito. La palabra es un baúl de viaje de "The beatles" y "mania". Andy Lathian, un ex promotor de la música escocesa, afirma que acuñó el término mientras habla con un reportero en el concierto de Hall Gaird beatles, que tuvo lugar como parte de los beatles Mini-Tour de Escocia, el 7 de octubre de 1963, y un uso impreso a principios de la palabra está en el Daily Mirror 2 de noviembre 1963 en una noticia sobre el concierto del día anterior de los Beatles en el Cheltenham.

Derechos reservados por:

-Paula Pineda Franco.
-Ana Karen Rivera Paniagua.
-Jazmín Alejandra Pérez Ayala.
-Edith Camberos Galán.
-Sarai Velásco Cazanova.

"INSTITUTO ACATITLAN"
1°- "A"

¿Alguién se acuerda de los Beatles?


Si alguien me hace la anterior pregunta yo contestaría que uno trata de recordar lo que se olvida y, después de ese lejano día, 6 de julio de 1957, que John Lennon y Paul McCartney se conocieron en una fiesta, día en el que comenzó la historia de los Beatles, estos continúan presentes en la mente de los viejos, de los jóvenes y de las nuevas generaciones que los acaban de descubrir, ya sea porque sus abuelitos o sus padres los escuchan todavía o porque los juegos que la nueva tecnología ha traído en forma de Rock Band los vuelven a poner de moda.



¿Son importantes Los beatles?



Yo digo que sí. La música producida por los beatles es parte importante del acervo cultural del siglo XX y es una muestra de la explosión creativa iniciada por el rock and roll de los años cincuenta, música bailable que, gracias a las innovaciones introducidas por los melenudos ingleses, logró crear un lenguaje propio e iniciar un cambio sustancial en la forma de percibir el arte musical popular en el siglo XX.



Más allá del éxito comercial y el Show Bussines y los beatles son grandes artistas, en el sentido literal del término: dotados de una extraordinaria intuición musical y una gran habilidad técnica fueron capaces de reinventarse constantemente.



En sus inicios Los Beatles interpretaron rocks vigorosos, canciones amorosas y algunos cobres magníficos; más adelante compusieron canciones introspectivas y profundas, integrando la experiencia psicodélica, la música indú e incorporando elementos sinfónicos al rock, además de dotar a sus canciones de unas armonías vocales de gran belleza, lo que los colocó, al menos durante los años sesenta, en la vanguardia artística convirtiéndose, sin proponérselo, en el punto de referencia para muchos grupos.



La música de los Beatles ha sobrevivido décadas; su trascendencia es incuestionable y ha tenido la fortuna de conjuntar elementos que en muchos casos han sido opuestos: es comercial y tiene una gran calidad artística.



Muchos adolescentes al escuchar a Los Beatles descubren una música que, a pesar de haberse producido hace casi cincuenta años, sigue tan fresca como entonces.



Para los que consideran que esa música está pasada de moda, le sugerimos que se den la oportunidad de escucharla con detenimiento pues ha dado origen a lo que actualmente escuchan.



¿Todavía pueden gustar Los Beatles?



La música de los Beatles puede gustar a las nuevas generaciones porque una obra de arte siempre trasciende al creador y queda como testimonio de una época, pero al mismo tiempo posee la capacidad de transmitir contenidos y provocar emociones. Si buscan canciones alegres, románticas, piezas bailables y alocadas, letras profundas, canciones simples y divertidas o sonidos originales, Los Beatles tienen eso y mucho más. Y no creas que sólo a los viejos sesentones les gusta, sino a muchos adolescentes y niños que, ahora con Rock Band pueden divertirse y descubrir en mundo extraordinario de sonidos que nunca pasan de de moda.



Si quieres conocer la discografía oficial te mostramos todos sus discos. ¿Cual es el mejor? Puedes empezar con cualquiera, todos son magníficos.



Genaro Gómez.